Noguera ciudadano
Raimon Noguera i de Guzmán
(Barcelona, 1897 – Barcelona, 1990)
Es el notario de tres generaciones de artistas catalanes y hace de su profesión un servicio a la proyección cultural de Barcelona y Cataluña.
«Un ciudadano vocacional»
Se le ha descrito como un «liberal auténtico» o «un señor de Barcelona». La prensa también lo ha calificado de «ciudadano vocacional», en reconocimiento a su importante legado a la ciudad de Barcelona. Hombre inquieto, simpático, sociable, era entrañable amigo de sus amigos. Reservado en su vida familiar y personal, murió soltero y sin descendencia. Su archivo personal, donado por él al Arxiu Nacional de Catalunya, permite profundizar en su legado profesional, no tanto en su biografía más personal, ya que Noguera extrajo de él su contenido más privado «por que no tiene ningún interés en el futuro», opinaba él mismo.
Dotado de una gran personalidad, discreción e ironía, y de un espíritu marcadamente humanista, siempre le interesaba entender la gente y la cultura que la rodeaban. Sus atributos le convertirían en hombre de confianza y asesor leal y competente para clientes y amigos.
Nace «el rovell de l’ou», como él decía, en el número 8 de la calle del Vidre barcelonés, entre la calle Escudellers y la Plaza Real, una buena zona a finales del siglo XIX. Tras una infancia nada fácil, consigue costearse, trabajando, los estudios superiores de derecho en la Universidad de Barcelona, pese a no tener ningún precedente familiar dentro de la profesión jurídica.
En 1917, con sólo diez y nueve años, se licencia en Derecho. Pronto se convierte también doctor en derecho y en 1922, con veinte y cinco años, momento en que se alcanzaba entonces la mayoría de edad, Noguera aprueba las oposiciones y toma posesión de su primera notaría de Ezcaray, en La Rioja. Al cabo de un año pasa a la notaría de Ponferrada, entre Galicia y León. En 1924 gana la notaría de Castellón de la Plana y recupera el viejo sabor mediterráneo y el contacto frecuente con su ciudad natal. Tras once años en Castellón, en 1935 ejerce ya de notario en Barcelona.
Y es su condición de notario la que define al personaje:
«En realidad, Noguera no fue un notario prolífico. Prefirió tener una clientela reducida, pero fiel y selecta. Ello le dio las posibilidades y el tiempo necesarios para llevar a término una serie de actuaciones trascendentales, (…) relacionadas al ejercicio de la función notarial y para dedicarse a fondo al servicio del interés general. «
(Josep M. Puig Salellas, «Noguera en el recuerdo», La Vanguardia, 26 – 05 – 1990)
Efectivamente, Raimon Noguera tiene una gran capacidad de relación. Compagina a la perfección su inquietud cultural con el ejercicio profesional: a partir de su condición de notario, hace amistad con importantes personalidades del mundo artístico. Es el notario de tres generaciones de artistas catalanes y hace de su profesión un servicio a la proyección cultural de Barcelona y Catalunya.
La Peña Grande del Ateneo barcelonés
Desde muy joven, Noguera muestra mucha inquietud intelectual y una disposición natural para la palabra y la tertúlia. Ya en 1917, el mismo año en que se licencia, se convierte en miembro de la famosa Penya Gran del Ateneo barcelonés, presidida por Quim Borralleres, de la que forma parte hasta que estalla la guerra civil, en 1936.
Ser miembro de la Penya Gran le abre las puertas de un mundo heterogéneo, culturalmente amplio y sólido. En ella hace amistades entrañables que Noguera mantendrá a lo largo de su vida. La estrecha relación con artistas e intelectuales catalanes como Lluís Llimona, Jaume Vicens Vives, Josep M. de Sagarra o Josep Pla se prolonga más allá de las salas del Ateneu, compartiendo tardes e ideas, viajes y vivencias.
Noguera permanecerá leal a los amigos de la Peñya Gran hasta después de muertos estos. Así, compaginando el ejercicio de su actividad profesional, Noguera será presidente de la fundación Ynglada-Guillot en la década de 1960, y será miembro del patronato de la Fundación Biblioteca Josep Pla, hasta su muerte. Cuando Raimon Noguera muere en 1990, a los 93 años, muere el último representante de la Penya Gran del Ateneu.
Galardones
En 1972 recibe la Medalla de Oro de la Ciudad de Barcelona, de manos del alcalde Porcioles.
En 1982, recibe la Cruz de San Jorge.
En 1983, con el alcalde Maragall, se le concede el Premio Ciudad de Barcelona.
En 1988 recibe el Premio Pájaro Solar de la Fundación Miró.
En 1988 recibe la Medalla de Oro de la Generalidad de Cataluña, de manos del presidente Pujol.
El año 2017 la ciudad de Barcelona le dedica la plaza Raimon Noguera, también dicho Patio Noguera, detrás del Museo Picasso.
Su fondo documental personal, el Fondo Raimon Noguera, se encuentra depositado en el Archivo Nacional de Cataluña.